En el siguiente texto nos
proponemos elaborar una crítica a "la crítica de la teoría de la
explotación: Karl Marx" de Bohm-Bawerk a partir de los mismos puntos que
dicho autor manifiesta. En este sentido, podríamos decir que el texto viene a
ser una crítica a la crítica de la "crítica de la economía política",
130 años después de la segunda crítica (la de Bohm-Bawerk a El Capital de Marx).
Este trabajo es un punto de partida para trabajar nuestra interpretación de la
teoría del valor trabajo en Marx, expresada y defendida en sus tres tomos del
capital y el resto de sus obras de economía política, tanto publicadas como no
publicadas en la vida del autor.
Introducción
Dos clásicos se enfrentan. Dos
clásicos desde los cuales emergen largas tradiciones teóricas (y políticas) que
tienen plena vigencia hasta hoy en día. Bohm-Bawerk[1]
y Marx[2].
La verdad es que el tratamiento del primero no es más que una excusa para
presentar al segundo, y así, superar desde un principio las críticas más
fáciles, y por ende poco rigurosas, que se le hacen al pensamiento de
Marx. De antemano, se avisa que la
presentación del segundo no es más ni menos que la lectura que hacemos de su
obra quienes escribimos este texto, cuando ha sido necesario se ha escapado de
lo que algunos denominan los "dogmas" de Marx, que para nosotros no
es más que el ser su pensamiento hijo de
su época.
A modo de resumen introductorio
ilustraremos el pensamiento de Marx en un párrafo y luego la crítica de
Bohm-Bawerk en otro. Esto por razones de dejar planteado de antemano un
lenguaje básico para poder entender el texto. Si usted ya conoce a grandes
rasgos estas dos teorías, por favor salte estos dos párrafos y comience con la
crítica.
Marx devela el "secreto
mejor guardado" del modo de producción capitalista: todo la riqueza de la
sociedad, se presente esta como mercancía, capital, dinero, ganancia, renta,
interese, etc. es en verdad fruto del trabajo humano, tiene un valor
objetivado. De lo que se desprende, siguiendo toda su argumentación, es que si
existe desigualdad económica es porque el trabajo de la mayoría es robado por
una minoría. En otras palabras, los trabajadores son explotados, se les extrae
plusvalía a través del mismo proceso de producción, realizándose/completándose éste
hecho en la esfera de la circulación mercantil: "la riqueza de unos es la
pobreza de otros". El secreto es el intercambio desigual que permite la
emergencia de un poder social, el capital, que le es extraño al trabajador, le
es hostil. Pero este poder fetichizado, que parece independiente, no es más que
el fruto del trabajo que le es imposible de controlar a quienes crean toda la
riqueza que nos rodea. Al trabajador no se le recompensa todo lo que crea, solo
se le paga un salario que varía entre la subsistencia mínima de éste (a veces
por debajo de éste valor) y un máximo que no puede superar las ganancias del
capitalista, lo que haría a su empresa no sea beneficiosa.
Bohm-Bawerk es reconocido por
introducir el factor tiempo en sus análisis y por desarrollar una teoría del
interés criticando la teoría de la explotación de Marx (Valle, s/r). Bohm-Bawerk
ve al capital como un factor indispensable en la producción (...) Entiende a la
producción como aquel proceso en el que se transforma la materia con el fin de
crear objetos capaces de brindar satisfacción (Arteaga, 2012). Su teoría del
interés tiene la premisa de que "la disposición de los bienes presentes se
valora más que la disposición de los mismos bienes en un futuro. El interés no
es más que la expresión en términos de precios de dicha diferencia de
valoración" (Arteaga, 2012). La ganancia capitalista, entonces, no proviene
de ninguna explotación o fallas de mercado, es la recompensa justa del dueño
del capital por sacrificar la utilidad inmediata de sus bienes destinándolos
como capital a la producción, obteniendo beneficios en un futuro.
En resumidas cuentas, la crítica que
hace Bohm-Bawerk (B-B) es que:
1) Existe una contradicción entre
el tomo I y III de El Capital: en un principio Marx analizaría y diría que el
valor de las mercancías es igual al precio de éstas y en el tercero diría lo
contrario, por lo que hay una contradicción en su obra que solo es resuelta
mediante "sutilezas" metafísicas.
2) Pese a esto, la crítica se
enfoca solamente en el tomo I, y crítica al III es solo por la contradicción
que existe entre éste y el I. Esto quiere decir que toda la crítica de B-B
tiene como supuesto el que los valores de las mercancías (el trabajo objetivado
en ellas) se corresponden con el de sus precios de mercado. A partir de este
supuesto B-B construye cinco grupos de tipos de bienes que falsean
empíricamente la igualdad entre trabajo objetivado y precio.
3) Otro supuesto es que Marx
reduce las mercancías (bienes económicos, o sea, intercambiables) a los objetos
que solo son producto del trabajo humano, dejando de lado a una gran cantidad
de bienes intercambiables, por ejemplo "dones de la naturaleza", que
no son producto del trabajo humano.
4) Ya que las mercancías cuestan
lo que vale su producción, el trabajo humano, según diría Marx, vale lo que
cuesta su reproducción, ni más ni menos. El salario sería rígido.
5) Marx basaría su concepción del
intercambio en la igualdad entre valores.
6) Llega un momento, al final, en
que relaciona el tomo I con el III. Y dice que si los valores no se
corresponden a los precios, los marxistas lo justifican diciendo que si
tomáramos todos los valores y todos los precios a nivel nacional estos se
corresponderían. Para B-B este argumento no es más que una manera de mantener
en pie un dogma: la teoría del valor trabajo.
Si aceptamos todos estos
supuestos rígidos, como si Marx los hubiese planteado, efectivamente
Bohm-Bawerk tiene razón y no habría ni que profundizar en su crítica. Todos los
puntos de Marx estarían más que falseados. A continuación elaboraremos la
defensa de Marx y demostraremos que no es tan simple decir que Marx estaba equivocado
o era contradictorio.
La crítica a la crítica de la
crítica
Bohm-Bawerk parte de un supuesto/decisión
que hace que su crítica se enfoque casi exclusivamente en el primer tomo de El
Capital, sin intentar articularla con el tomo segundo y tercero: "el contenido del tercer tomo de El
Capital se halla en contradicción con el primero, y viceversa" (Bohm-Bawerk, 1976: 146). Sostiene que esta crítica "focalizada" esta
autorizada debido a que Marx en el tomo tercero sigue sosteniendo las ideas del
tomo primero, por lo que considera legítimo enfocarse en la crítica de éste
último ya que los planteamientos de éste serían la "expresión de los
verdaderos y persistentes puntos de vista de marx (1976: 147).
Teniendo como premisa lo
anterior, Bohm-Bawerk trabaja con el
supuesto de que los valores de las mercancías corresponden a sus precios de
mercado. Antes de desarrollar este punto someteremos a juicio la definición
que el autor hace de mercancía.
Marx parte su obra con la conocida
frase de que su análisis comenzará por la mercancía, ya que "la riqueza de
las sociedades en que impera el modo de producción capitalista aparece como una
enorme colección de mercancías" (Marx, 2011: 49). Punto de partida
legítimo, aunque no exclusivo, pero que incluso hoy, siglo XXI, tiene vigencia.
¿Que hay a nuestro alrededor en estos momentos? La verdad es que mientras
escribimos solo nos rodean mercancías: un computador, una impresora, un cuadro,
una amplia colección de libros, un cúmulo de sillas, una cama, etc. ¿Y que es
un mercancía? Aquí comienza la discusión.
El señor Bohm-Bawerk sostiene que
Marx define a la mercancía como el producto del trabajo humano (148). Pues
nosotros partimos de un contrario, la
mercancía para Marx es el bien o servicio económico, es lo tranzado en el
mercado. Efectivamente leyendo el tomo I de "El Capital" puede
sostenerse lo que escribe Bohm-Bawerk, pero criticar este punto y enfrascarse
con un texto escrito en 1867 parece un error. Marx evade muchos problemas en los
primeros capítulos de su obra, pero esto no quiere decir que no tenga
soluciones o que entre en grandes contradicciones. Esto solo tiene que ver con
que hasta 1883 Marx escribió y rescribió constantemente aportes a su teoría,
siendo el tomo III del capital una obra inconclusa en donde reafirma la teoría
del valor pero a partir de como el valor "aparece". Bohm-Bawerk se
enfrasca en quedarse con el tomo I del capital como una teoría construida por
Marx de una vez para siempre imposible de conciliar con el tomo III.
Volviendo al punto anterior B-B
construye su crítica desde el supuesto de que Marx entiende al valor como un
equivalente del precio. Es decir, habría una línea recta desde trabajo
objetivado-valor objetivado-precio expresado por la mercancía, en donde estos
tres elementos se corresponderían por tener el mismo "número" si se
pasa todo a la misma "medida".
B-B dice que "quien busque una fundamentación real de aquella
tesis (el fundamento del valor es el trabajo) se abren por sí mismos dos
caminos", parafraseando a
Bakunin podríamos decir que dos de estos son imaginarios y uno de éstos es real
para Marx. Para B-B todo lo contrario. Pasemos a analizar los dos reales
de B-B.
(1) "Cabe examinar las
relaciones de cambio de las mercancías tal como nos las ofrece la experiencia
para ver si en ellas se refleja una armonía empírica entre la magnitud del
valor de cambio y el gasto de trabajo"
(2) "Cabe también analizar
los motivos psicológicos que inducen a las gentes, de una parte, en sus
operaciones de cambio y en la fijación de sus precios, y, de otra parte en su
cooperación a los actos de producción, para ver si de la naturaleza de estos
motivos pueden sacarse conclusiones sobre el modo típico de proceder de los
hombres, llegando así, posiblemente, a establecer una relación entre los
precios normalmente exigidos y abanados y la cantidad de trabajo necesaria para
la producción de mercancías"[3].
"Marx no abraza ninguno de
estos dos métodos naturales de investigación". Marx sigue un tercer
camino, una "prueba puramente lógica" (170) para B-B., Marx sigue un
método torcido y absurdo" (185). En el punto 6 mostraremos y legitimaremos
este absurdo marxista.
Deteniéndose en (1), la prueba
empírica, B-B construye cinco grupos de tipos de bienes que falsean
empíricamente la igualdad entre trabajo objetivado y precio: “La experiencia
demuestra que el valor de cambio solo tratándose de una clase de bienes, y con
respecto a éstos sólo de un modo provisional, guarda relación con la cantidad
de trabajo que cuesta producirlos” (186-187):
a) “Todos
los bienes raros que, por un obstáculo jurídico o de hecho, no pueden
reproducirse o, al menos, no pueden reproducirse en cantidades ilimitadas”.
Esta “excepción” no es tal. Estos
bienes “raros” son mercancías, pero no se reducen a simples productos del
trabajo.
b) “Bienes
que son fruto del trabajo cualificado. Marx recurre al expediente de presentar
el trabajo cualificado como un múltiplo del trabajo corriente”.
Este es un tema poco trabajado
por Marx. Y aún hoy en día está a la deriva. En otra ocasión nos detendremos en
éste punto, pues merece ser desarrollado.
c) “Bienes
por los que se percibe una remuneración anormalmente baja”.
Esto es fruto de la transferencia
de valor.
d) Bienes
que por virtud de la oferta y la demanda, su valor de cambio se desplaza muchas
veces por encima o por debajo de aquel nivel que correspondería a la cantidad
de trabajo materializado en los bienes.
Precio y valor “empíricamente” no
se condicen, eso ya está en Marx.
e) De
dos bienes cuya producción cuesta exactamente la misma cantidad de trabajo
social medio alcanza un valor de cambio mayor aquel que requiere, para ser
producido, un anticipo mayor de trabajo anterior.
Esta idea es defendida por Marx
en las primeras páginas del capital. Por supuesto que las mercancías que
requieran mayor capital constante (trabajo objetivado) que otras para ser
producidas tendrán un mayor precio final (remitiéndonos solo al primer tomo).
El trabajo objetivado sumado a la mercancía no es solo el que se presenta como
capital variable (el obrero), sino que también el constante (trabajo muerto,
pasado, objetivado, pero igualmente trabajo).
En resumen, B-B señala que
"hay una parte muy considerable de bienes para los que no rige la
pretendida ley de que el valor de los bienes depende de la cantidad de trabajo
materializado en ellos: para los demás no rige tampoco ni de un modo
exacto" (193). Empíricamente B-B rompe con el dogma precio = valor, pero
para Marx esto no es más que un supuesto “metodológico” para el primer tomo de “El
Capital”. La teoría económica política de Marx es mucho más compleja que la línea
comentada de trabajo-valor-precio: es sujeto-trabajo vivo-dinero-capital
variable (+ capital constante)-valor del producto-valor de mercado-precio de
costo-precio de producción-precio final – ganancia final (+ dinero que se
vuelve a invertir). (Ver esquema 1). Y en toda esta línea el valor no es el
mismo (ni en medida ni en cantidad): hay
creación y transferencias de valor. En el punto 6) se verá esto con mayor
detalle.
Esquema 1
Fuente: Dussel (2011: Tesis 6).
El siguiente punto no tiene
implicancias para el conjunto de la argumentación de Bohm-Bawerk, pero si tiene
implicancias en la de Marx. Y es que según el primero "el valor de la
mercancía fuerza de trabajo se rige, como el de cualquier otra, por el tiempo
de trabajo necesario para su reproducción" (1976: 155), por lo que esta tendría para Marx
un valor fijo y único. Lo cual es completamente falso. Para
Marx hay un límite objetivo “hacia abajo” para el salario del obrero, y es el
coste de su propia reproducción y de su prole[4]. “Hacia
arriba” este límite se da cuando ya no es posible extraerle plusvalía al obrero
debido a su alto salario, el cual no posibilita la ganancia capitalista.
Claramente este es un límite teórica, es prácticamente imposible que se de esta
situación, pues si esto sucediera el capitalismo no tendría razón de existir.
Los salarios de los obreros, entonces, para Marx pueden
ser flexibles, y de ninguna manera ser todos iguales en una economía e incluso
no tienen por qué ser iguales si se hace el mismo trabajo[5].
Depende de muchos factores el valor del salario en una economía.
Al contrario de lo que sostiene
Bohm-Bawerk (1976), Marx no presupone que el intercambio sea el ámbito de la
igualdad. Marx, más bien sostiene que la acumulación y la reproducción de capital
se dan debido a la existencia de un intercambio desigual
"estructural" y de distintas composiciones de capital/propiedad.
Según B-B, Marx "se representa el cambio
de dos mercancías bajo el signo de la igualdad (...) En las dos cosas cambiadas
y, por tanto, equiparadas, tiene que existir necesariamente "un algo común
de la misma magnitud" (171). El "secreto" del modo de producción
capitalista, para Marx, se basa precisamente en la tesis contraria a la que le
amputa B-B. La acumulación de capital se da por el "intercambio
desigual": al trabajador le pagan un salario que vale menos de lo que
produjo durante su jornada laboral.
Conclusiones
Como último punto, y articulador
de nuestras conclusiones, debatiremos la posición de Bohm-Bawerk que sostiene
que si los valores no se corresponden a los precios, los marxistas lo
justifican diciendo la suma total de los precios y valores a nivel nacional se
corresponden[6].
Para el austriaco este argumento no es más que una manera de mantener en pie un
dogma: la teoría del valor trabajo. A continuación demostraremos que éste
"dogma" es precisamente el que hace que la teoría marxista sirva a
"los de abajo" y no justifique, como lo hace Bohm-Bawerk, las
ganancias de las empresas privadas.
La teoría marxista del valor es
precisamente lo que da un sustrato normativo a la teoría marxista. Es lo que la
hace ser ética: parte del ser humano en comunidad, con necesidades materiales
inmediatas y constructor de su mundo material a partir de su trabajo. La teoría
del valor, al explicar la explotación[7],
le da sentido teórico a la revolución social.
¿Cómo se reparte el excedente
social en una sociedad burguesa? Esa es la pregunta central que parte de un
observable histórico: La desigualdad de condiciones materiales. ¿Cómo explicamos
esa desigualdad? ¿La legitimamos o la criticamos? Por supuesto que esta es una
pregunta que desde un principio hace arder a muchos: Los que tienen mucho querrán
legitimar sus ganancias, y los que tienen poco (es de esperar), deslegitimar la
riqueza de los otros. En las sociedades modernas actuales es esta desigualdad
la base de todo. Atacar esta desigualdad es atacar su fundamento, y por ende,
querer derribarla construyendo una mejor. ¿Cómo no le molestaría esta pregunta
destructiva a quienes se benefician de las actuales condiciones sociales?
Las respuestas a la desigualdad son dos (las
que nos interesan para el presente ensayo):
(1) Bohm-Bawerk: hay un grupo de
capitalistas que con esfuerzo y sacrificio (posponiendo las utilidades
inmediatas) ha hecho una fortuna que debiese estar legitimada. Sus ganancias se
deben al interés por su sacrificio.
(2) Marx: hay un grupo de
capitalistas que explota a otro grupo de trabajadores, desposeídos de capital.
La riqueza de estos capitalistas es la pobreza de estos trabajadores a los
cuales no se les retribuye todo su trabajo realizado. De ese trabajo impago
emergen las ganancias de los capitalistas. Marx explicará esta explotación con
la teoría del valor-trabajo, el marxismo analítico, por ejemplo, con la teoría
de las explotaciones múltiples.
Pensamos que ninguna de estas dos
respuestas puede ser probada empíricamente. La posición que se adopte depende
de una posición política. ¿Cómo demostrar que el excedente que se apropia una
minoría es causa de la pobreza de una mayoría? Hay que buscar respuestas a esta
interrogante. La teoría del valor trabajo da una respuesta, pero aun así se
sustenta sobre bases indemostrables empíricamente. ¿Qué hacer?
La teoría del valor trabajo
necesariamente remite a la totalidad de la sociedad burguesa. En cada región del
mundo que se trabaje y se intercambie de forma capitalista habrá creación de
valor y transferencias de valor. Solo conociendo esa totalidad, a partir de
algún dispositivo técnico-científico-teórico sería posible demostrar que
finalmente se corresponden los valores con los precios. Por ahora, en las
actuales condiciones tecnológicas esto es imposible.
Diciembre, 2014
Bibliografía
Arteaga,
F. (2012). ¿Quien es Eugen Bohm-Bawerk? Paradigmas. Revista de
Investigación .
Bohm-Bawerk, E. v. (1976). La teoría de la explotación.
s/f: Editorial Mirasierra.
Dussel, E. (s/f). 16 tesis de economía política.
Marx, K. (2011). El Capital. Crítica de la economía
política. Tomo I. Libro 1. Proceso de producción del capital. Santiago:
LOM.
Marx, K. (2010). El Capital. Crítica de la economía
política. Tomo III. Libro 3. El proceso de la producción capitalista en su
conjunto. México, D.F.: Fondo de Cultura Económica.
Valle, M. F. (s/r). Bohm Bawerk y su teoría del capital. Instituto
ecuatoriano de economía política .
[1]
Eugen von Bohm-Bawerk (1851-1914). Economista y político austriaco, fundador de
la denominada "escuela neoclásica". Autor de la obra "Capital e
interés" (1884), obra en la cual se encuentra el apartado "La teoría
de la explotación", cuyo capítulo "Crítica de la teoría de la
explotación: Karl Marx" es criticado en este trabajo.
[2]
Karl Marx (1818-1883). Científico social y político alemán, uno de los
fundadores de la Primera Internacional de Trabajadores (1864-1876) y escritor
de la obra "El Capital. Crítica de la economía política" (1867).
[3]
Está bien que Marx en el tercer tomo reconozca los efectos de la oferta y la
demanda en la determinación del precio, pero eso no significa para Marx que
éstos sean motivos psicológicos, de hecho son fenómenos sociales.
[4]
Perfectamente el salario puede ser más bajo si hay sobrepoblación obrera y/o si
el conflicto de clases esta poco regulado y está inclinado hacia el lado de los
capitalistas.
[5]
Véase, por ejemplo, el caso de los peonetas subcontratados de Coca-Cola en
Chile, al año 2014. Estos reciben distintos salarios por el mismo trabajo a lo
largo del país, situación que provocó una gran movilización por parte de éstos en
Junio del año mencionado (Castillo et al., 2014).
[6] En
verdad es a nivel mundial. Ningún país tiene las fronteras tan cerradas como
para suponer lo que dice B-B.
[7]
Explotación: la riqueza de unos es la pobreza de otros. Cada parte no existe
sin la otra.