Prólogo (2014): La crisis del capitalismo que toca ahora
"Pero lo más llamativo de
las crisis no es tanto la trasformación total de los espacios físicos, sino los
cambios espectaculares que se producen en los modos de pensamiento y de
comprensión, en las instituciones y en las ideologías dominantes, en las
alianzas y en los procesos políticos, en las subjetividades políticas, en las
tecnologías y las formas organizativas, en las relaciones sociales, en las
costumbres y los gustos culturales que conforman la vida cotidiana. Las crisis
sacuden hasta la médula nuestras concepciones mentales y nuestra posición en el
mundo" (11).
"No son solo las élites
capitalistas y sus acólitos académicos e intelectuales los que parecen
incapaces de romper de manera radical con su pasado o de concretar una salida
viable de la intolerable crisis de bajo crecimiento, estancamiento, desempleo
elevado y pérdida de la soberanía del Estado ante el poder de los propietarios
de los bonos de deuda pública. Las fuerzas de la izquierda tradicional
(partidos políticos y sindicatos) son claramente incapaces de organizar una
oposición sólida contra el poder del capital" (14).
"Lo que queda de la
izquierda radical actúa ahora mayoritariamente fuera de los canales de la
oposición organizada o institucional, esperando que las acciones a pequeña
escala y el activismo local puedan a la larga converger en algún tipo de gran
alternativa satisfactoria. (...) Los puntos de vista y acciones autónomos,
anarquistas y localistas abundan por doquier, pero dado que esta izquierda
quiere cambiar el mundo sin tomar el poder, la clase capitalista plutócrata,
cada vez más consolidada, se mantiene sin que se desafíe su capacidad de dominar
el mundo ilimitadamente" (14).
"Las crisis mundiales han
sido siempre, como Marx dijo una vez: «la concentración real y el ajuste
forzoso de todas las contradicciones de la economía burguesa[1]»"
(15).
Introducción: Sobre la contradicción
En las crisis del mercado mundial se revelan aparatosamente las
contradicciones y antagonismos de la producción burguesa. En lugar de
investigar cuáles son los elementos contradictorios que entrechocan, los
apologetas se contentan con negar la catástrofe misma y se obstinan en afirmar,
frente a su periodicidad regular, que si la producción tuviese lugar según
prevén los manuales, nunca se darían crisis. La apologética se resume pues en
el falseamiento de las relaciones económicas más simples y especialmente en
sostener la unidad frente a la contradicción. (Karl Marx, Theories of
Surplus Value, tomo 2, p. 500).
Dos significados para
contradicción (17):
1) Aristotélico: contradicción de
dos proposiciones. Una puede ser cierta y la otra no.
2) Fuerzas aparentemente opuestas
simultáneamente presentes en una situación/procesos determinado. Se opta por
esta definición.
"A cada momento nos vemos
tironeados por tales tensiones, que tenemos que superar un día tras otro
evitando que nos estresen o agoten demasiado" (17-18).
"Las contradicciones no son
siempre rotundamente malas y evidentemente no trato de sugerir connotaciones
automáticamente negativas. Pueden constituir una fuente fecunda de cambio
social y personal de la que la gente salga mucho mejor que antes" (19).
"Una contradicción puede ser
con frecuencia la «madre de una invención»; pero (...) Las contradicciones
tienen la desagradable costumbre de no ser resueltas sino simplemente
desplazadas" (19).
"Las crisis son momentos de
transformación en los que el capital suele reinventarse a sí mismo y
transformarse en algo diferente; y ese «algo diferente» puede ser mejor o peor
para la gente por mucho que estabilice la reproducción del capital. Pero las
crisis son también momentos de peligro cuando la reproducción del capital se ve
amenazada por las contradicciones subyacentes" (19).
"Para empezar, en cualquier
caso, debo atender a la que es quizá la contradicción más importante: la que se
da entre realidad y apariencia en el mundo en el que vivimos" (20).
"«Fetichismo». Con ese término
Marx se refería a las diversas máscaras, disfraces y distorsiones de lo que
sucede realmente en el mundo que nos rodea. «Si todo fuera tal como parece
superficialmente –escribía– no habría ninguna necesidad de ciencia»" (20).
"El dinero parece tener la
capacidad mágica de poner sus propios huevos de oro, de crecer con un
incremento anual cada vez mayor; sin que yo haga nada, mi cuenta de ahorros
medra cada vez más. ¿Pero de dónde viene realmente el aumento de dinero (el
interés)?" (21).
"El fetiche entendido de esa
forma no es una creencia insensata, una mera ilusión o una galería de espejos
(aunque a veces parece serlo). Es realmente lo que sucede al usar el dinero
para comprar mercancías o servicios y vivir sin más preocupación que la
cantidad de dinero que tenemos y cuánto se podrá comprar con ella en el
supermercado (...) En general no sabemos nada de la gente que produce los
bienes que dan sustento a nuestra vida cotidiana" (21).
"Podemos vivir perfectamente
bien en un mundo fetichista de signos y apariencias superficiales, sin
necesidad de saber nada de cómo funciona (del mismo modo que podemos accionar
un interruptor y disponer de luz sin saber nada de la generación de
electricidad). Solo cuando sucede algo extraordinario –los estantes del supermercado
están vacíos, los precios suben disparatadamente, el dinero que guardamos en
nuestra cuenta disminuye bruscamente de valor o la luz no se enciende– nos
hacemos las grandes preguntas sobre por qué y cómo esas cosas que suceden «tan
lejos», más allá de las puertas y de los muelles de descarga de los grandes
almacenes, pueden afectar tan espectacularmente a la vida y el sustento
cotidianos" (22).
Esta investigación se centra en
el capital y no en el capitalismo (22).
"Por capitalismo entiendo
cualquier sistema social en el que predominan de forma hegemónica los procesos
de circulación y acumulación del capital a la hora de proporcionar y configurar
las bases materiales, sociales e intelectuales para la vida en común. El
capitalismo está cuajado de innumerables contradicciones, muchas de las cuales
no tienen, sin embargo, nada que ver directamente con la acumulación del
capital. Esas contradicciones trascienden las especificidades de las
formaciones sociales capitalistas" (22).
"De la misma forma que un
biólogo puede aislar determinado ecosistema cuya dinámica (¡y contradicciones!)
hay que analizar como si no existiera el resto del mundo, yo trato de aislar la
circulación y acumulación del capital de todo lo demás que las rodea"
(23).
"Trato el capital como un
sistema cerrado a fin de determinar sus principales contradicciones
internas" (23).
"No digo, por lo tanto, que
todo lo que sucede en el capitalismo sea obra de las contradicciones del
capital, pero sí pretendo discernir las contradicciones internas de este que
han generado las recientes crisis" (23).
"Para el hipotético
movimiento «anticapitalista» ahora en formación es aún más crucial no solo
entender mejor el funcionamiento de su antagonista para oponerse al mismo, sino
también articular una clara argumentación sobre por qué tiene sentido en
nuestra época un movimiento de este tipo y por qué es tan necesario tal
movimiento en los difíciles años que nos esperan para que el conjunto de la
humanidad pueda vivir una vida decente" (25).
"Quiero saber cómo funciona
el motor económico del capitalismo (el capital), por qué funciona como lo hace,
y por qué podría tambalearse y detenerse y a veces parece estar a punto del
colapso. También quiero mostrar por qué debería sustituirse ese motor económico
y cuál podría ser su eventual reemplazo" (25).
PRIMERA PARTE. Las contradicciones fundamentales
"Las siete primeras
contradicciones son fundamentales porque el capital simplemente no podría
existir ni funcionar sin ellas. Además, todas ellas están entrelazadas de tal
modo que hacen imposible modificar sustancialmente cualquiera de ellas, y menos
aún abolirla, sin modificar seriamente o abolir las otras" (29).
1. Contradicción
1. Valor de uso y valor de cambio
"La comida me es útil en
formas que el dinero no lo es" (31).
"En una sociedad
capitalista, todas las mercancías que compramos tienen un valor de uso y un
valor de cambio" (31).
"La vivienda como valor de uso, ofrece cobijo; es un
lugar donde la gente puede construirse un hogar y una vida afectiva; es un
nicho de reproducción cotidiana y biológica (donde cocinamos, hacemos el amor,
tenemos discusiones y educamos a los niños); ofrece privacidad y seguridad en
un mundo inestable. Puede también funcionar como símbolo de estatus o de
pertenencia social a algún subgrupo, como signo de riqueza y poder, como señal
mnemónica de memoria histórica (tanto personal como social), como objeto de
importancia arquitectónica (...)" (31-32), etcétera.
"¿Pero qué se puede decir de
su valor de cambio? En gran parte
del mundo contemporáneo tenemos que comprar la vivienda o alquilarla a fin de
disponer del privilegio de usarla, para lo que tenemos que emplear dinero. La
cuestión es cuánto valor de cambio se requiere para procurarnos sus usos y cómo
afecta ese «cuánto» a nuestra capacidad para disponer de los usos particulares
que deseamos y necesitamos" (32).
"El valor de cambio queda
determinado por los costes reales de producción más el beneficio, el coste del
endeudamiento y la renta capitalizada (precio de la tierra). El objetivo de los
productores es obtener valores de cambio, no valores de uso. La creación de
valores de uso para otros es un medio para ese fin" (33).
"Para que se produzca un
trueque simple otro ha de poseer algo que yo deseo y yo he de tener algo que el
otro desea. Se pueden construir cadenas de trueque, pero son limitadas y
engorrosas, por lo que cierta medida independiente del valor de todas las
mercancías en el mercado –una medida única de valor– se hace no solo ventajosa
sino necesaria. Puedo entonces vender mi mercancía a cambio de cierto
equivalente general del valor y usar ese equivalente general para comprar en
otro lugar cualquier otra cosa que yo quiera o necesite. El equivalente general es, por supuesto,
el dinero. Pero eso nos lleva al
campo de la segunda contradicción del capital: ¿qué es el dinero?" (39).
2. Contradicción
2. El valor social del trabajo y su representación mediante el dinero
El dinero es "un medio de
circulación (que facilita los intercambios resolviendo el problema de la «no
coincidencia de intereses» que limita el trueque directo); ofrece una única
vara de medir los valores económicos de todas las mercancías en el mercado, y
también una forma de almacenar el valor. ¿Pero qué representa el dinero y cómo
se multiplica en sus significados y funciones sociales y políticas para que
parezca como si fuera el afán de dinero el que mantiene en movimiento el mundo
social y económico?" (41).
"El dinero es, en primera
instancia, un medio con el que puedo reclamar una parte del trabajo social de
otros; esto es, un título sobre ese trabajo invertido en la producción de
bienes y servicios para otros colocados en el mercado (eso es lo que diferencia
una «mercancía» de un «producto» como los tomates que cultivo en mi huerto para
mi propio consumo)" (41).
"En una sociedad compleja,
como la que el capital ha construido, dependemos en gran medida del trabajo de
otros para obtener los distintos valores de uso que necesitamos para vivir, y
cuya disponibilidad damos por segura" (41).
"Lo que el dinero representa
es el valor social de toda esa actividad, de todo ese trabajo. El «valor» es
una relación social establecida entre las actividades de millones de personas
de todo el mundo" (42).
"Al ser inmaterial e
invisible, el valor requiere alguna representación material, y esta es el
dinero. El dinero es una forma tangible de apariencia así como símbolo y
representación de la inmaterialidad del valor social (...) Existe una
disparidad entre la representación y la realidad social que trata de
representar" (41). Esta disparidad es la segunda contradicción.
"El dinero-mercancía (como
el oro y la plata) se inserta en mercancías tangibles con determinadas
cualidades físicas, mientras que las monedas, el papel moneda y el dinero
fiduciario (ya fueran emitidos por entidades privadas o por el Estado), así
como las formas más recientes de dinero electrónico son simplemente
símbolos" (43).
El dinero de cuenta reduce
notablemente la cantidad de dinero real necesario (43) Permite que la cantidad
de dinero se expanda sin ningún límite técnico (45).
"De todo esto deriva un uso
peculiar y aparentemente tautológico del dinero. Este, que supuestamente mide
el valor, se convierte a su vez en un tipo de mercancía, el capital-dinero. Su
valor de uso consiste en utilizarlo para producir más valor (beneficio o
plusvalor)" (43).
Puedo usar mi dinero para hacer
más dinero (47).
"El dinero que se supone que
representa el valor social del trabajo creativo adopta una forma –capital
ficticio– que circula hasta llenar finalmente los bolsillos de financieros y
bonistas mediante la extracción de riqueza de todo tipo de actividades no
productivas (no productoras de valor)" (47).
"Para empezar, el hecho de
que el dinero permita que el poder social sea apropiado y exclusivamente
utilizado por personas privadas sitúa al dinero en el centro de una amplia
variedad de comportamientos humanos nocivos: el ansia y codicia de dinero y del
poder que confiere se convierten inevitablemente en características centrales
de la estructura política del capitalismo" (48).
"El deseo de dinero como
forma de poder social lo convierte en un fin en sí mismo que distorsiona la
relación entre oferta y demanda del mismo que se necesitaría simplemente para
facilitar los intercambios, desmintiendo la supuesta racionalidad del mercado
capitalista" (48).
"La forma que el dinero ha
asumido actualmente ha alcanzado el estatus de un doble fetiche: una
representación abstracta (puros números almacenados en los ordenadores) de una
representación concreta (como el oro y la plata) de la inmaterialidad del
trabajo social. Cuando el dinero cobra la forma de meros números, se hace
potencialmente ilimitado en cuanto a su cantidad, lo que permite que florezca
la ilusión de que un crecimiento indefinido y sin límites del capital en su
forma dinero es no solo posible sino deseable" (51).
"El abandono de la base
metálica de la oferta monetaria mundial a principios de la década de 1970 creó
un mundo totalmente nuevo de posibles contradicciones. El dinero podía ser
impreso ad infinitum por quienquiera que estuviera autorizado a hacerlo"
(51).
3. Contradicción
3. La propiedad privada y el Estado capitalista
"Las mercancías no van por
sí mismas al mercado. Agentes individuales –compradores y vendedores– se reúnen
en el mercado para intercambiar las mercancías por dinero y viceversa. Para que
esto ocurra, compradores y vendedores deben tener un derecho exclusivo de propiedad sobre
las mercancías y el dinero que manejan" (53).
"permítaseme en primer lugar
una distinción entre posesión individual
y propiedad privada. Todos
nosotros, como personas vivas, poseemos circunstancialmente cosas de las que
hacemos un uso activo (...) aunque para muchos procesos y objetos exista una
relación de exclusividad entre el usuario (o los usuarios) y el objeto o
servicio en cuestión, eso no significa exactamente lo mismo que la propiedad
privada" (53).
"La propiedad privada
establece un derecho de pertenencia exclusiva sobre un objeto o un proceso, ya
esté siendo utilizado activamente o no" (53).
"El derecho de propiedad
privada confiere la posibilidad de vender (enajenar) lo que se posee (...) Se crea así una diferencia entre lo que se
llaman derechos de usufructo (que
corresponden al uso activo) y derechos
de propiedad exclusiva permanente" (54).
"Los derechos de propiedad
privada presuponen un vínculo social entre lo poseído y una persona, definida
como sujeto jurídico, que es el propietario y que puede disponer libremente de
su propiedad" (54).
"Mediante una
prestidigitación maravillosa del razonamiento jurídico, el derecho de propiedad
se transformó, atribuyéndolo no solo a individuos sino también a empresas y
otras instituciones que la ley define igualmente como personas jurídicas"
(54).
"El derecho de propiedad
privada se tiene en principio a perpetuidad. No expira ni se disipa por la
falta de uso. Puede pasar de una generación a otra mediante la herencia"
(54).
"La imposición de los
derechos de propiedad privada depende de la existencia de poderes estatales y
de sistemas jurídico-legales (usualmente acoplados con los de recaudación impositiva
en forma monetaria) que codifican, definen y hacen valer las obligaciones
contractuales que corresponden al derecho de propiedad privada y a los derechos
de los sujetos jurídicos individuales" (55).
"Pero para ser propiedad
privada, un objeto o un proceso tienen que estar claramente delimitados y tener
un nombre y rasgos identificativos (...). No todo es susceptible de esa
condición" (56).
"Pero en la relación entre
el Estado capitalista y la propiedad privada no todo es armonía. En la medida
en que el Estado asume cierta forma de democracia con el fin de oponerse a
modalidades estatales absolutistas y autocráticas, que pueden ser
arbitrariamente hostiles o no receptivas frente a ciertos requerimientos del
capital, por ejemplo con respecto a su libertad de movimientos, queda expuesto
a influencias populistas de diversos tipos. Si, como sucede a veces, queda en
manos de las organizaciones obreras y los partidos políticos de izquierda,
estos pueden emplear sus poderes para contrarrestar los del capital como
propiedad privada. El capital no puede entonces seguir operando libremente en
muchos campos de la economía (mercado laboral, procesos de trabajo,
distribuciones de la renta y otros parecidos), viéndose obligado a funcionar en
el marco de una auténtica selva reguladora que limita sus libertades"
(60-61).
"Dados sus poderes fiscales
y la sensibilidad del Estado frente a las influencias e intereses políticos,
sus poderes se pueden reorientar a veces políticamente hacia fines económicos
que sobrepasan la actividad y los intereses empresariales privados" (61).
4. Contradicción
4. Apropiación privada y riqueza común
"La riqueza común creada por
el trabajo social aparece en una variedad infinita de valores de uso"
(65).
"La apropiación y
acumulación privadas de esa riqueza común y del trabajo social coagulado en
ella se produce de dos modos muy diferentes:
En primer lugar, existe un vasto
conjunto de lo que ahora consideraríamos actividades
extralegales, como el robo, hurto, fraude, corrupción, usura, violencia y
coerción, junto con diversas prácticas turbias y dolosas en el mercado
(monopolización, manipulación, arrinconamiento del mercado, alteración de los
precios, pirámides de Ponzi, etc.).
Por otro lado, la gente puede
acumular riqueza mediante intercambios
legalmente sancionados en condiciones comerciales no coercitivas y en
mercados de funcionamiento libre" (65).
"es estúpido tratar de
entender el mundo del capital sin tener en cuenta los cárteles de la droga, los
traficantes de armas y las diversas mafias y otras formas criminales de
organización que desempeñan un papel tan significativo en el comercio
mundial" (65).
"la esencia misma del
capital alberga una economía basada en la desposesión. La desposesión directa del valor producido por el trabajo social en
el lugar de producción no es más que un eslabón (aunque primordial) de la
cadena de desposesión que nutre y sostiene la apropiación y acumulación de
grandes porciones de la riqueza común por «personas jurídicas» privadas (esto
es, entidades legales entre las que se encuentran las grandes
corporaciones)" (66).
Para Polanyi "los mercados
para el trabajo, la tierra y el dinero son esenciales para el funcionamiento
del capital y la producción de valor" (67).
"Es evidente, no obstante,
que trabajo, tierra y dinero no son mercancías [...]. El trabajo no es más que
la actividad económica que acompaña a la propia vida la cual, por su parte, no
ha sido producida en función de la venta, sino por razones totalmente
distintas, y esta actividad tampoco puede ser desgajada del resto de la vida,
ni puede ser almacenada o puesta en circulación. La tierra por su parte es,
bajo otra denominación, la misma naturaleza que no es producida por el hombre;
en fin, el dinero real es simplemente un signo del poder adquisitivo que, en
líneas generales, no es en absoluto un producto sino una creación del mecanismo
de la banca o de las finanzas del Estado. Ninguno de estos tres elementos,
trabajo, tierra y dinero han sido producidos para la venta, por lo que es
totalmente ficticio considerarlos mercancías[2]".
Dar pábulo a la ficción de que tierra, trabajo y dinero son mercancías
conduciría, en opinión de Polanyi, a la «demolición de la sociedad».
Al disponer de la fuerza de
trabajo de un hombre, el sistema pretende disponer de la entidad física,
psicológica y moral «humana» que está ligada a esta fuerza[3].
"La transformación del
trabajo, la tierra y el dinero en mercancías se logró mediante la violencia, el
engaño, el robo, el fraude y actividades parecidas (...) Tales formas de
desposesión fueron fundamentales en la creación del capital, pero lo más
importante es que nunca desaparecieron (...) la economía política de la
desposesión directa sigue funcionando en el mismísimo corazón del mundo
capitalista. Lo paradójico es, por supuesto, que esas formas de desposesión
están siendo ahora administradas cada vez más bajo el disfraz virtuoso de la
política de austeridad supuestamente requerida para devolver a un capitalismo
achacoso a una situación pretendidamente sana" (69).
"Una vez que la tierra, el
trabajo y el dinero habían sido cosificados, pulverizados y separados de su
inserción en los flujos más amplios de la vida cultural y la materia viviente,
pudieron ser resuturados bajo el paraguas de los derechos y leyes
constitucionales basados en los principios de los derechos individuales a la
propiedad privada garantizados por el Estado" (70).
"Los bendecidos con
suficiente poder dinerario pueden entonces comprar (o robar) casi cualquier
cosa, excluyendo a la gran mayoría de la población que carece de suficiente
poder dinerario, astucia subversiva o influencia político-militar para
competir" (71).
5. Contradicción
5. Capital y trabajo
"La apropiación y
explotación de la fuerza de trabajo de unos seres humanos por otros es una
característica desde hace mucho tiempo de la organización humana. El ejercicio
del poder con ese fin ha supuesto la construcción de distintas relaciones
sociales, desde la esclavitud, la servidumbre y el tráfico de mujeres (y a
veces niños) como meras pertenencias sometidas al consentimiento de los
creyentes para realizar la obra de Dios (o de los dioses) en las sociedades
teocráticas o la sumisión de súbditos leales para ir a la guerra o para
construir, digamos, pirámides en nombre de un líder, patriarca, monarca o señor
local reverenciado. También viene siendo una práctica habitual desde hace mucho
tiempo la racialización, etnización o discriminación de género de tales
relaciones de dominación, apropiación y explotación de seres humanos
supuestamente inferiores en el plano cultural, religioso o incluso biológico,
que podían ser obviamente monetizadas y mercantilizadas. (...) Por otra parte, el endeudamiento creciente
(como el derivado del peonaje por deudas o de algún tipo de aparcería) era y
sigue siendo una de las formas más insidiosas de apropiación del trabajo o del
producto del trabajo de otros por quienes disponen de poder social, político o
dinerario" (73).
"Pero lo que compra y vende
el capital, y eso es lo que hace distinto y peculiar a este modo de producción,
es la fuerza de trabajo intercambiada
como mercancía. El trabajador dispone de ella y se la vende al capitalista
en un mercado de trabajo supuestamente «libre»" (73).
"Lo más notable de ese
sistema es que no parece basarse en el
engaño, el robo o la desposesión, porque a los trabajadores se les paga el
precio de mercado «justo» (el «salario corriente») al mismo tiempo que se les
pone a trabajar para generar el plusvalor que el capital necesita para
sobrevivir" (74).
"Para que se pueda crear y
reproducir el capital, en resumen, los trabajadores deben crear más valor del
que reciben" (74).
"¿De dónde viene entonces el
valor extra que asegura un beneficio cuando el sistema de mercado depende en
principio de la igualdad en los intercambios? Tiene que existir una mercancía
con la capacidad de crear más valor que el suyo propio, y esa mercancía es la
fuerza de trabajo" (74).
"Tanto el capital como el
trabajo se hallan dentro de los límites de su derecho al contender por esas
cuestiones, y como dijo Marx, «entre derechos iguales, es la fuerza [Gewalt] lo
que decide[4]»"
(75).
"Cuanto más éxito tiene el
capital en su lucha contra los trabajadores organizados, mayores son sus
beneficios. Y cuanto más éxito tienen los trabajadores, más se eleva su nivel
de vida y más opciones tienen en el mercado laboral" (75).
"Para algunos autores de
izquierdas (en particular marxistas) esta contradicción entre capital y trabajo
es la principal y a ella están subordinadas todas las demás, por lo que a
menudo se considera como fulcro de todas las luchas políticas significativas y
semillero de cualquier organización o movimiento anticapitalista
revolucionario. También la señalan algunos como verdadera fuente subyacente de
todos los tipos de crisis económicas (...)" (75-76).
"En cualquier caso, la contradicción
entre capital y trabajo no puede ser única como explicación de las crisis, ni
conceptualmente ni tampoco, en último análisis, políticamente (...) Aunque la
supresión final de la contradicción entre capital y trabajo y la creación de
condiciones para un trabajo no alienado sean el principio y fin de un proyecto
político alternativo, esos objetivos no se pueden alcanzar sin resolver las
demás contradicciones, como la de la forma dinero y la capacidad privada de
apropiarse de la riqueza social, con las que están asociados" (76).
"En el pensamiento de
izquierdas predomina la tendencia a privilegiar el mercado laboral y el lugar
de trabajo como los dos dominios gemelos principales de la lucha de clases, por
lo que son esos los lugares privilegiados para la construcción de alternativas
a las formas capitalistas de organización (...) hay otros terrenos de lucha que
pueden ser de la misma importancia, si no mayor" (77).
"(...) la política de
acumulación por desposesión se convierte en medio primordial para la extracción
de renta y de riqueza de las poblaciones vulnerables, incluida la clase obrera
(se defina esta como se defina) (...)" supresión de derechos sociales bajo
el neoliberalismo por ejemplo (78).
"La segmentación y
segregación del mercado laboral y del de la vivienda según líneas raciales,
étnicas y de otro tipo, por ejemplo, son rasgos prácticamente omnipresentes en
todas las formaciones sociales capitalistas" (78).
"Si bien la contradicción
capital-trabajo es incuestionablemente central y fundamental, no es –ni
siquiera desde el punto de vista del capital solamente– una contradicción
cardinal a la que están en cierto sentido subordinadas todas las demás"
(78).
"(...) su sobrevaloración o tratarla como si operara
autónoma e independientemente de las demás contradicciones del capital ha sido
muchas veces perjudicial, a mi juicio, para la genuina búsqueda revolucionaria
de una alternativa al capital y, por lo tanto, al capitalismo" (79).
6. Contradicción
6. ¿El capital es una cosa o un proceso?
Bohr y Heisenberg, padres de la
mecánica cuántica, resolvieron el antiguo y largo dilema de la física sobre la
luz formulando un principio de complementariedad que permitía aceptar la
«dualidad onda-partícula» sin renunciar a ninguno de los dos aspectos (81). Hay
dialéctica en las ciencias naturales.
"¿Debe pues considerarse el
capital como un proceso o como una cosa? En mi opinión ambos aspectos son
ciertos (...)" (81).
"La dualidad proceso-cosa no
es exclusiva del capital, sino que en mi opinión es una condición universal de
la existencia en la naturaleza, y dado que los seres humanos forman parte de
esta, es una condición universal de la actividad y de la vida social en todos
los modos de producción" (83).
"La unidad entre el capital
que circula continuamente como un proceso y un flujo, por un lado, y las
diferentes formas materiales que asume (primordialmente dinero, actividades de
producción y mercancías), por otro, es contradictoria, induciendo tanto creatividad
y cambio como inestabilidades y crisis, por lo que el foco de nuestra
investigación será la naturaleza de esa contradicción" (81-82).
"Un capitalismo sin Estado
es impensable (véase la Contradicción 3); pero el alcance de la intervención estatal
depende de controles de clase y de la influencia sobre el aparato estatal"
(83).
"Pero lo principal a este
respecto es la definición del capital como proceso, como un flujo continuo de
valor que atraviesa diversos momentos y transiciones de una forma material a
otra. En determinado momento, el capital asume la forma dinero, en otro es un conjunto
de medios de producción (incluida la tierra y ciertos recursos) o una masa de
trabajadores que entra en la fábrica (...) Cuando se vende la mercancía, el
capital vuelve de nuevo a su forma dinero. En ese flujo continuo, entre el
proceso y las cosas existe una dependencia mutua" (83).
"El capital existe como un
flujo continuo de valor a través de los diferentes estados físicos que hemos
señalado (junto con otros que serán considerados más adelante). La continuidad
del flujo es una condición primordial de la existencia del capital, que debe circular
continuamente o fenecer. La velocidad de su circulación es también importante"
(84).
"Pero todo esto presupone
que las transiciones de una fase a otra transcurren sin problemas, y no es así"
(84).
"Los trabajadores, además,
no son autómatas. Pueden dejar caer sus instrumentos o entorpecer y frenar deliberadamente
el proceso de trabajo. Para mantener la continuidad se necesita establecer un
control y lograr la colaboración de la mano de obra" (84).
"A fin de que el capital
circule libremente en el espacio y en el tiempo se deben crear infraestructuras
físicas y entornos construidos que quedan fijados en el espacio (anclados en la
tierra en forma de carreteras, vías férreas, torres de comunicación, cables de
fibra óptica, aeropuertos y puertos, edificios fabriles, oficinas, casas,
escuelas, hospitales, etc.)" (85).
"El capital está siempre en
peligro de esclerotizarse y osificarse con el tiempo debido a la cantidad cada
vez mayor de capital fijo que requiere" (86).
"El capital fijo y el
circulante están en contradicción mutua pero ninguno de los dos puede existir
sin el otro" (86).
7. Contradicción
7. La contradictoria unidad entre producción y realización
"En el proceso de trabajo o
su equivalente, el valor se añade mediante el trabajo, pero ese valor añadido
permanece latente hasta que se realiza mediante la venta en el mercado. La
continua circulación de capital depende del paso con éxito (expresado como tasa
de beneficio) por dos momentos: primero la producción en el proceso de trabajo
y, segundo, la realización en el mercado" (89).
"(...) la realización del
capital mercantil, y por lo tanto también del plusvalor, está limitada no sólo
por las necesidades de consumo de la sociedad en general, sino por las
necesidades de consumo de una sociedad cuya inmensa mayoría es siempre pobre y
siempre tiene que serlo[5]".
"La escasez de demanda agregada efectiva en el mercado
(a diferencia de la demanda social de valores de uso por parte de una población
necesitada) crea un serio obstáculo para la continuidad de la acumulación de
capital, que provoca una caída de los beneficios. La capacidad de consumo de la
clase obrera es un componente significativo de esa demanda efectiva" (91).
"La contradicción entre
producción y realización puede, sin embargo, mitigarse de diversas formas. Para
empezar, se puede incrementar la demanda frente a la caída de los salarios
mediante la expansión de la magnitud total de la mano de obra (como sucedió
cuando China comenzó a movilizar su excedente latente de trabajadores a partir
de 1980, por poner una fecha), mediante la expansión del consumo de lujo por
parte de la burguesía o por la existencia y expansión de capas de la población
que no están dedicadas a la producción pero que tienen una considerable
capacidad de compra (funcionarios del Estado, militares, abogados, doctores,
educadores, etc.). Existe incluso una forma aún más relevante para
contrarrestar esa contradicción: el recurso al crédito" (92).
"La otra vía para salvar la
contradicción producción-realización consiste en sustraer a los trabajadores
cualquier participación en el excedente que puedan haber adquirido para sí
mismos, exigiendo precios exagerados o imponiendo tasas, rentas o impuestos a
las clases trabajadoras para disminuir sus ingresos discrecionales y su nivel
de vida. Esta práctica puede tener lugar también mediante la manipulación del
salario social, de manera que las ganancias obtenidas en derechos de pensiones,
educación, sanidad y servicios básicos puedan ser recuperadas por los
capitalistas como parte de un programa político de acumulación por desposesión.
(...) El capital puede ceder a las
demandas de los trabajadores en el punto de producción, pero volver a recuperar
lo cedido o perdido mediante extracciones abusivas en el espacio de vida"
(93).
SEGUNDA PARTE. Las contradicciones cambiantes
"Las contradicciones fundamentales
del capital no están aisladas unas de otras, sino que se entrelazan de diversas
formas para proporcionar una arquitectura básica a la acumulación de
capital" (97).
"Las contradicciones
fundamentales son características permanentes del capital en cualquier momento
y lugar, mientras que lo único constante en las contradicciones que
consideraremos a continuación es que son inestables y se mantienen en cambio
evolutivo permanente. Esto apunta a una comprensión de la economía política que
se aparta radicalmente del modelo de las ciencias naturales, donde se puede
asumir en general que los principios enunciados son verdaderos para cualquier
momento y lugar" (98).
"En el caso de las
contradicciones cambiantes hay que describir primero su naturaleza básica,
antes de entrar a una evaluación general de la forma que asume en cada
momento" (98).
"Captar el sentido del
movimiento es políticamente vital, porque la inestabilidad y el cambio ofrecen
oportunidades políticas al mismo tiempo que plantean problemas críticos. Las
ideas y estrategias políticas que tienen sentido en un lugar y momento
determinados no lo tienen necesariamente en otros" (99).
1. Contradicción
8.Tecnología, trabajo y disponibilidad humana
"La tecnología se puede
definir como el uso de procesos y objetos naturales para obtener productos que
satisfagan las necesidades o los proyectos humanos. En su base, la tecnología
define una relación determinada con la naturaleza, que es dinámica y
contradictoria" (101).
"El objetivo inmediato y
característico del capital (a diferencia, digamos, del ejército, el aparato
estatal y muchas otras instituciones de la sociedad civil) es el beneficio, lo
que se traduce socialmente en la perpetua acumulación de capital y la
reproducción del poder de clase capitalista. (...) El propósito inmediato del capital es aumentar
la productividad, la eficiencia y la tasa de beneficio, y crear nuevas líneas
de producción, si es posible cada vez más rentables" (102).
"El capital ni era ni es el
único agente involucrado en la búsqueda de ventajas tecnológicas. Distintas
ramas del aparato estatal lo han estado siempre profundamente" (103).
"Los cambios tecnológicos en
el capitalismo, a los que el capital contribuye y de los que el capital se
alimenta vorazmente, derivan, en resumen, de las actividades de diversos
agentes e instituciones. Para el capital, esas innovaciones crean un vasto
dominio de posibilidades siempre cambiantes para mantener o aumentar la
rentabilidad" (103).
"Nuevas configuraciones
tecnológicas desplazan a las más antiguas, y al hacerlo inician fases de lo que
el economista Joseph Schumpeter denominó célebremente «vendavales de
destrucción creativa[6]».
El cambio tecnológico nunca es gratuito ni indoloro y su coste y el dolor que
produce no se reparten por igual, por lo que siempre hay que preguntarse quién
sale favorecido de la creación y quién carga con el peso de la
destrucción" (107).
"Yo argumentaría que en la
historia y la lógica del capital hay cinco imperativos tecnológicos dominantes
que se solapan parcialmente. Considerémoslos brevemente (107)":
1)
Organización de la cooperación y de las divisiones del trabajo.
2)
Aceleración de la circulación del capital
3)
Las tecnologías de producción y difusión del conocimiento
4)
Finanzas y dinero
5)
control del trabajo y del proceso laboral
"También ha habido
ciertamente ejemplos de intensa resistencia a las nuevas configuraciones
tecnológicas por razones morales y éticas, desde la lucha de los luditas contra
la introducción de máquinas hasta la rebelión de los físicos contra la
proliferación de armas nucleares. Actualmente existen intensas controversias
sobre la ética y los riesgos de la ingeniería genética y los alimentos
genéticamente modificados" (110).
"La dinámica descentralizada
de la evolución tecnológica es demasiado fuerte y el campo de posibles
descubrimientos de novedades en la naturaleza demasiado amplio como para que en
el inmediato futuro se produzca ninguna interrupción de la evolución
tecnológica y económica" (110).
"En mi opinión hay dos
contradicciones de gran importancia para las perspectivas futuras del capital.
La primera se refiere a la relación dinámica de la tecnología con la
naturaleza, de la que nos ocuparemos en la Contradicción 16. La segunda se
refiere a la relación entre el cambio
tecnológico, el futuro del trabajo y el papel de los trabajadores en relación
con el capital" (111).
"El control sobre el proceso
de trabajo y el trabajador ha sido siempre decisivo para la capacidad del
capital de mantener la rentabilidad y la acumulación de capital" (111).
"Marx argumentó que la
innovación tecnológica era un arma crucial en la lucha de clases y que el
capital había adoptado muchas innovaciones con el único propósito de
obstaculizar o impedir las huelgas, interiorizando además la creencia
fetichista de que la solución para hacer crecer sin cesar la rentabilidad era
la innovación tecnológica permanente dirigida hacia el disciplinamiento y
pérdida de poder de los trabajadores. El sistema fabril, el taylorismo, la
automatización, la robotización y la sustitución en último término del trabajo
vivo por trabajo muerto responden todos ellos a ese deseo" (111).
Los robots no se quejan, no
responden, no se querellan, no sabotean, no se ponen enfermos, no van lentos,
no pierden la concentración, no se ponen en huelga, no exigen subidas de
salarios, no se preocupan por las condiciones de trabajo, no exigen el descanso
del bocadillo ni caen en el absentismo (excepto quizá en los relatos de
ciencia-ficción).
"si el trabajo social es la
fuente última de valor y beneficio, entonces su sustitución por máquinas o
trabajo robótico no tiene sentido ni política ni económicamente" (112).
Sectores cada vez mayores de la
población mundial serán considerados por el capital prescindibles como
trabajadores productivos (por la creciente innovación y reemplazo pro máquinas
de los trabajadores) y les resultará difícil sobrevivir, tanto material como
psicológicamente (113). "Por otro lado, la producción seguirá aumentando,
¿pero de dónde vendrá el correspondiente aumento de la demanda?" (114).
2. Contradicción
9. Divisiones del trabajo
"Se refiere a la capacidad
humana de descomponer actividades productivas y reproductivas complejas en
tareas específicas pero más simples que pueden ser realizadas por distintos
individuos, ya sea temporal o permanentemente" (119).
"El capital heredó esa
división del trabajo y la reconfiguró espectacularmente a su propia imagen
durante toda su historia" (119).
Hay una "distinción general
e importante entre la división técnica
y la división social del trabajo. Con
la primera aludo a las distintas tareas concretas en una serie compleja de
operaciones que cualquiera puede hacer en principio, como vigilar una máquina o
fregar el suelo, mientras que la segunda se refiere a las tareas especializadas
que solo personas con el adecuado entrenamiento o estatus social pueden
realizar" (120).
"Hay muchas otras
distinciones a tener en cuenta, como las debidas a la naturaleza (por ejemplo,
la maternidad), la cultura (por ejemplo, la situación de las mujeres en la
sociedad); entre ciudad (urbano) y campo (rural); intelectual y manual; social
(en toda la sociedad en general) y local (dentro de una empresa o corporación);
de cuello azul y de cuello blanco; cualificado y no cualificado; productivo y
no productivo; doméstico (hogar) o asalariado; simbólico o material, etc. Están
también las distinciones sectoriales entre el sector primario (agricultura,
silvicultura, pesca y minería), el secundario (industria y manufactura), el
terciario (servicios y los subsectores de finanzas, seguros y propiedad
inmobiliaria, que han cobrado mayor relevancia en los últimos tiempos) y lo que
algunos prefieren considerar como el cuarto sector compuesto por actividades
culturales y basadas en el conocimiento, cada vez más importantes" (120).
“Desde el punto de vista del
capital es útil, si no crucial, disponer de un mercado laboral segmentado,
fragmentado y muy competitivo, lo que alza barreras a la organización coherente
y unificada de la fuerza de trabajo” (122).
"Una tendencia importante de
las relaciones capital-trabajo es la que apunta a la descualificación, fenómeno
que Marx ya había señalado en El capital y que volvió a cobrar protagonismo en
la influyente y controvertida obra de Harry Braverman Labor and Monopoly
Capital, publicada en 1974. Braverman argumentaba que el capital, en particular
en su forma monopolista, tenía gran interés en degradar la cualificación de los
trabajadores y destruir así cualquier sensación de orgullo que pudieran sentir
por su trabajo, al mismo tiempo que les arrebataba poder, en particular en el
lugar de producción" (124).
"Lo que el capital pretende
no es la erradicación de la cualificación per se, sino la abolición de las
habilidades monopolizables" (125).
"La rápida extensión y el
explosivo aumento de complejidad de la división técnica y social del trabajo se
han convertido en el rasgo fundamental de una economía capitalista
moderna" (126).
"Una consecuencia adicional
ha sido el aumento de la interdependencia económica en el seno de poblaciones y
en áreas geográficas cada vez mayores y el surgimiento de una división del
trabajo internacional que también requiere consideración" (126).
"La especialización
(internacional) dependía en parte de factores naturales (no es posible cultivar
bananas o café en Canadá, del mismo modo que no es posible extraer cobre o
petróleo allí donde no lo hay); pero también derivaba de características
sociales como la cualificación en el trabajo, los dispositivos institucionales,
los sistemas políticos y las configuraciones de clase, junto con los hechos
brutos del saqueo colonial y neocolonial y del poder geopolítico y
militar" (128).
"Liberarse de las cadenas de
la división internacional del trabajo organizado en beneficio del capital y las
potencias imperialistas es una cosa, y otra muy distinta intentar desacoplarse
del mercado mundial en nombre de la antiglobalización; a mi juicio sería una
alternativa potencialmente suicida" (130).
"También resulta que los
propios trabajadores, como seres humanos intrínsecamente apasionados y
sociables, tienen algo que decir, no solo sobre su situación objetiva, sino
también sobre su propio estado de ánimo subjetivo" (133).
3. Contradicción
10. Monopolio y competencia: centralización y descentralización
"uno de los argumentos más
persuasivos del gran éxito del capitalismo es que supuestamente parte de la inclinación natural de los seres humanos a
competir entre sí, la libera de las restricciones sociales y la embrida
mediante el mercado para generar un sistema social dinámico y progresivo que
puede funcionar en beneficio de todos" (135).
"El poder monopolista (del tipo que Google,
Microsoft o Amazon ejercen hoy día) y sus afines oligopolistas (como el que ejercen las principales compañías petroleras conocidas
como las «Siete Hermanas») y monopsónicos
(el que ejercen Walmart y Apple sobre sus proveedores) tienden a presentarse
(si es que se mencionan en absoluto) como aberraciones, desvíos desgraciados
del estado de feliz equilibrio que debería alcanzarse en un mercado puramente
competitivo" (135).
"el mito fundacional de la
teoría económica liberal. Los economistas políticos liberales organizaron desde
finales del siglo XVIII una cruzada contra las intervenciones del Estado en la
fijación de precios en los mercados y contra el poder de los monopolios (...) sorprendentemente,
es aceptada reverencialmente en El capital de Marx, aunque en su caso el
razonamiento lleva a una conclusión distinta: si el relato utópico de Adam
Smith fuera correcto, las cosas no irían en beneficio de todos; el resultado
sería una profundización de la diferencia de riqueza y poder en términos de
clase que haría que el capital fuera aún más propenso a las crisis aunque
también más poderoso" (136).
"La búsqueda de rentas no es
más que una forma cortés y bastante neutral de referirse a lo que yo llamo
«acumulación por desposesión»" (136).
"el poder de los monopolios
es básico y no una aberración en el funcionamiento del capital, y que existe en
unidad contradictoria con la competencia" (138).
"la naturaleza de la
propiedad privada que confiere a su dueño el monopolio sobre el uso de una
mercancía. El poder monopolístico inherente a la propiedad privada constituye
la base para el intercambio, y por extensión para la competencia" (138).
"el capital está enamorado
del monopolio. Prefiere las certezas, la vida tranquila y la posibilidad de
cambios prudentes que acompañan al estilo monopolístico de trabajo y de vida
lejos de la agitación de la competencia" (143).
"El poder monopolístico está
estrechamente asociado con la centralización del capital, mientras que la
competencia implica en general descentralización. A este respecto es útil
considerar la relación entre la centralización y la descentralización de las
actividades político-económicas como un subconjunto de la unidad contradictoria
entre monopolio y competencia, y entender también esa relación como una unidad
contradictoria" (144).
4. Contradicción
11. Desarrollos geográficos desiguales y producción de espacio
"El capital se esfuerza por producir un paisaje
geográfico favorable a su propia reproducción y subsiguiente evolución, cosa en
la que no hay nada extraño" (149).
"Sin embargo, el paisaje
geográfico del capitalismo resulta perpetuamente inestable, debido a diversas
presiones técnicas, económicas, sociales y políticas que operan en un mundo de
enormes cambios naturales continuos, por lo que el capital debe adaptarse a ese
mundo en perpetua evolución, en el que también desempeña un papel clave su
propia actividad" (149).
"Sin el desarrollo
geográfico desigual y sus contradicciones, el capital se habría osificado hace
tiempo y habría caído en el caos" (149).
"El capital y el Estado
capitalista desempeñan un papel protagonista en la producción de espacios y
lugares en los que se desarrolla la actividad capitalista" (150).
"Para el capital, el tiempo
es dinero. Atravesar el espacio cuesta tiempo y dinero. La economía de tiempo y
dinero es clave para la rentabilidad" (150).
"Las reducciones de coste y
tiempo se pueden lograr de dos maneras" (150).
1) "La primera supone
continuas innovaciones en las tecnologías de los transportes y
comunicaciones" (150).
2) "La segunda forma que
tienen los capitalistas de reducir el tiempo y el coste de los desplazamientos
consiste en ubicar sus actividades allí donde sean mínimos los costes de
obtención de los medios de producción (incluidas las materias primas), así como
la mano de obra y el acceso al mercado" (151).
"Hay, sin embargo, límites a
una centralización indefinida mediante la aglomeración. El exceso de población
y la contaminación creciente, los costes administrativos y de mantenimiento
(aumento de los tipos impositivos y de las tasas a los usuarios), etc., se
cobran un peaje. El aumento local del coste de la vida induce demandas
salariales que pueden acabar haciendo poco competitiva determinada región. Los
trabajadores pueden organizarse mejor en sus luchas contra la explotación
gracias a su concentración regional. Los precios del suelo y de los inmuebles
aumentan a medida que la clase rentista aumenta su control sobre recursos cada
vez más escasos" (153).
"El capital debe ser capaz
de resistir el choque de la destrucción de lo viejo y estar dispuesto a
construir un nuevo paisaje geográfico sobre sus cenizas. Para ese propósito
deben existir, a su alcance, excedentes de capital y de mano de obra" (153).
"De esta forma, el capital
desarrolla lo que yo llamo «fijaciones/soluciones provisionales
espacio-temporales» [fix] para el problema de la absorción de capital y mano de
obra excedente. Fix tiene aquí un doble significado: cierta proporción del
capital total queda literal y físicamente fija en cierto lugar durante un
período relativamente largo; pero fix se refiere también metafóricamente al
arreglo o solución coyuntural de las crisis de sobreacumulación del capital
proporcionado por inversiones a largo plazo en expansiones geográficas. ¿Cuándo
y cómo chocan esos dos significados?" (154).
"El capital nunca tiene que
resolver sus fracasos sistémicos, dado que los desplaza geográficamente"
(156).
"¿Cómo se concilia pues la
inmovilidad espacial relativa y la lógica propia del poder territorial (tal
como se manifiesta en el Estado) con la fluida dinámica de la acumulación de
capital en el espacio y el tiempo? ¿No es esta una contradicción aguda y permanente
para el capital, quizá el apogeo de la contradicción entre inmovilidad (el
Estado) y movimiento (capital)?" (157).
"Recordemos: «Para que el
capital circule libremente en el espacio y en el tiempo hay que crear
infraestructuras físicas y entornos construidos que quedan inmovilizados en un
espacio». El volumen de todo ese capital fijo aumenta con el tiempo en relación
con el capital que fluye continuamente. El capital tiene que liberarse
periódicamente de las restricciones impuestas por el mundo que ha construido,
frente al peligro mortal de la esclerosis" (157).
"El Estado es una entidad
territorial limitada, formada en condiciones que tienen poco que ver con el
capital, pero que es un rasgo fundamental del paisaje geográfico. Dentro de su
territorio tiene el monopolio del uso legítimo de la violencia, soberanía sobre
las leyes y la moneda y autoridad para regular las instituciones (incluida la
propiedad privada), y disfruta del poder de recaudar impuestos y redistribuir
los ingresos y los activos. Organiza las estructuras de administración y
gobernanza que como mínimo satisfacen las necesidades colectivas del capital, y
más difusamente de los ciudadanos del Estado" (157).
"El capital no es el único
interés al que debe responder el Estado, y sobre él recaen presiones de
distintos intereses" (158).
"Existe además, por otra
parte, un sistema interestatal. Las relaciones entre Estados pueden ser de
hostilidad o de colaboración, pero siempre hay situaciones de conflicto,
geoeconómicas y geopolíticas, que reflejan los intereses propios del Estado y
conducen a prácticas estatales y formas de acción que pueden ser coherentes o
no con los intereses del capital" (158).
"Los Estados pueden hacer
uso de sus poderes para organizar la vida económica, no solo mediante su
capacidad para realizar inversiones infraestructurales, sino también mediante
su poder para crear o reformar instituciones básicas" (159).
"Sin ese desarrollo
geográfico desigual, el capital se habría probablemente estancado, sucumbiendo
frente a sus tendencias esclerotizantes, monopolísticas y autocráticas (...) El
desarrollo geográfico desigual sirve, por encima de todo, para desplazar los
fallos sistémicos del capital de un lugar a otro; esos fallos constituyen un
blanco perpetuamente móvil" (162).
"El capital sobrevive no
solo mediante una serie de fijaciones/soluciones provisionales
espacio-temporales que absorben los excedentes del capital de forma productiva
y constructiva, sino también mediante la devaluación y destrucción
administradas como correctivo a quienes no consiguen mantener el ritmo y dejan
de pagar sus deudas" (163).
"Los movimientos
anticapitalistas tiene que aprender a prever y superar los eventuales
desplazamientos del capital, con los que a menudo se ha derrotado al movimiento
de oposición en una región u otra" (163).
5. Contradicción
12. Disparidades de renta y riqueza
"El capital parece funcionar
bastante bien aun con parámetros de distribución muy distintos" (166).
Dados los poderes del Estado para recaudar impuestos y redistribuir riqueza y
renta, esos resultados han dependido en gran medida de la facción o alianza
política que ejercía el poder del Estado y de cómo lo hacía" (165).
"No todas las distinciones
económicas dentro del capitalismo se pueden atribuir al capital, pero este
tampoco es inocente en lo que se refiere al fomento de conflictos en el
interior de grupos sociales o entre ellos" (167).
"Las pruebas estadísticas
confirman la adaptabilidad del capital a distribuciones de la renta y la
riqueza muy diversas; pero aunque evidentemente no exista una única
distribución posible que pueda ser considerada óptima desde el punto de vista
de su reproducción y crecimiento, nadie cree que sea posible una distribución
totalmente equitativa" (169).
"La desigualdad deriva del
simple hecho de que el capital se constituye social e históricamente como un
dominio de clase sobre el trabajo (...) La distribución de la renta y riqueza
entre capital y trabajo tiene que ser sesgada para que el capital se pueda
reproducir. La igualdad en la distribución y el capital son cosas
incompatibles. Ciertas disparidades en la distribución preceden de hecho al
ascenso del capital" (172).
"Una vez que la circulación
y acumulación de capital se generalizan, el nivel salarial debe mantenerse
dentro de unos límites que permitan la obtención de beneficios" (172).
"La clase capitalista debe
recibir una proporción suficiente del valor social producido que (a) la
incentive proporcionándole condiciones de consumo privilegiadas como clase
ociosa, y (b) entregue un excedente suficiente para mantener en marcha el motor
económico del capital y su expansión acelerada y sin trabas" (172).
"(...) el capital participa
tanto en la producción de desempleo como en la creación de puestos de
trabajo" (173).
"El ejército industrial de
reserva es de dos tipos:
A) en primer lugar están los
trabajadores desempleados; las innovaciones tecnológicas que mejoran la
productividad laboral dan lugar a despidos y desempleo. (...)
B) En segundo lugar, hoy día
todavía hay reservas latentes en forma de grandes poblaciones campesinas,
autoempleados, mujeres y niños que no han sido todavía sometidos al trabajo
asalariado" (173-174).
"No es que el capital
industrial desaparezca, sino que simplemente se ha convertido en vasallo del
capital que adopta esas otras formas más fantásticas y virulentas" (178).
"Dicho simplemente, la
reducción de las disparidades de riqueza y renta desde sus niveles actuales no
desafiaría un ápice la reproducción del capital. De hecho, para que el capital
sobreviva en la coyuntura actual, se puede argumentar plausiblemente que tal
reducción es absolutamente necesaria" (179).
"(...) llegará un momento en
que un programa para reducir las desigualdades de riqueza y renta amenazará la
reproducción del capital. Una vez que se pone en marcha un movimiento hacia la
contracción de los beneficios, puede amenazar en último término el fluido vital
del capital como compensación por la forma en que absorbe sistemáticamente el
fluido vital del trabajo. Nadie sabe exactamente dónde podría estar el punto de ruptura, pero seguramente
se producirá mucho antes de que se alcancen los niveles de igualdad preferidos
por la opinión pública estadounidense. Un
movimiento de reforma para reducir la desigualdad social puede convertirse en
la punta de lanza para una transformación revolucionaria" (180).
6. Contradicción
13. Reproducción social
"En un tiempo ya pasado se
podía decir razonablemente que al capital le importaban un comino (sic) las
necesidades y carencias de los trabajadores, dejando a la iniciativa e ingenio
de estos su reproducción biológica, psicológica y cultural a partir del salario
mísero que les proporcionaba" (...) Pero dicho con mucha sencillez y sin
entrar en honduras, si los trabajadores no se reproducen o están condenados a
una muerte prematura (...) y si el fácil
acceso del capital al excedente de mano de obra se ve bloqueado de algún modo,
entonces tampoco se puede reproducir el capital. (181).
"La creación de una fuerza
de trabajo altamente productiva dio lugar a la teoría del llamado «capital
humano», que es una de las ideas económicas vigentes más disparatadas que
cupiera imaginar" (183).
*Gary Becker. "Si los trabajadores reciben
salarios muy bajos, se podría entonces argumentar que eso solo refleja el hecho
de que no han invertido suficiente esfuerzo en construir su capital humano, ¡y
solo sería culpa suya que se les pague tan poco!" (184).
"En tiempos recientes, por
ejemplo, la productividad de los trabajadores ha aumentado pero la proporción
que se les cede de lo producido ha disminuido". *Fundación Sol da datos
empíricos sobre esta cuestión para Chile.
"si lo que el trabajador
posee auténticamente en forma corpórea fuera capital –señalaba Marx–, podría
tumbarse y vivir de los intereses de su capital sin trabajar un solo día (el
capital, como relación de propiedad, siempre tiene a su alcance esa
opción)" (184).
"Por esas mismas razones
estoy muy en desacuerdo con la caracterización de Bourdieu de los talentos
personales (que son sin duda de gran importancia en la vida social) como una
forma de capital llamada «capital cultural» (...) tratarlos como una forma de
capital en el sentido en que estamos utilizando aquí ese término es confuso,
por no decir perverso" (185).
"Aunque todo el campo de la
reproducción social sea, como dice Cindi
Katz, «el material carnoso, desordenado e indeterminado de la vida
cotidiana», también es «un conjunto de prácticas estructuradas que se
despliegan en relación dialéctica con la producción, con la que mantiene una
tensión y un sustento mutuos». La unidad contradictoria entre la reproducción
social y la reproducción del capital cristaliza como una contradicción
cambiante de singular interés a lo largo de toda la historia del capital. Sus
características actuales están a años luz de distancia de las de 1850. «La
reproducción social –prosigue Katz– abarca la reproducción cotidiana y a largo
plazo, tanto de los medios de producción como de la fuerza de trabajo, para
hacerlas funcionar. A su nivel más básico, depende de la reproducción biológica
de la mano de obra, tanto de generación en generación como cotidianamente».
También abarca la producción y reproducción de habilidades manuales, mentales y
conceptuales[7].
Todo esto se alcanza sobre la base del salario individual más el salario social
proporcionado por diversas agencias estatales (por ejemplo, educación y
sanidad) e instituciones clave de la sociedad civil (por ejemplo, las iglesias
y una amplia variedad de ONG filantrópicas)" (187).
"Desde el punto de vista de
los trabajadores, la reproducción social tiene un significado muy particular.
Reciben un salario en dinero y deciden cómo gastarlo, algo que en sus primeros
tiempos no interesaba al capital; pero ahora ya no es así, como veremos. Lo que
los trabajadores necesitan para sobrevivir y reproducirse depende en parte de
lo que ellos y sus familias y comunidades pueden hacer por sí mismos"
(187).
"La reproducción social es
para el capital un campo amplio y conveniente en el que los costes reales se
externalizan a los hogares y otras entidades comunales, distribuyéndose además
muy desigualmente entre distintas capas o grupos de la población" (188).
"Parte del programa y
comportamiento político neoliberal más reciente ha consistido en externalizar
en la medida de lo posible los costes de reproducción social, haciendo que los
asumiera la población en general, a fin de elevar la tasa de beneficio para el
capital reduciendo su carga impositiva" (188).
"Trabajadores y hogares
constituyen una fuente significativa de demanda efectiva y desempeñan un papel
importante en la realización de los valores en el mercado. Si producen por su
cuenta y para sí mismos fuera de este, se surten menos del mismo y suponen una
menor demanda efectiva" (189).
"(...) en la historia del
capital ha habido una larga tendencia a suplantar el trabajo en el hogar por
transacciones basadas en el mercado (desde el corte de pelo hasta los platos
congelados o la comida rápida, el lavado en seco, el entretenimiento y el
cuidado de los niños y los ancianos). La privatización y mercantilización de
las tareas personales en el hogar, junto con la creciente intensidad del
capital en las tecnologías domésticas" (189).
"Este hecho elemental ha suscitado
muchas reflexiones sobre el papel creciente del capital en el dominio de lo que
Jürgen Habermas llama (siguiendo al filósofo alemán Edmund Husserl) nuestro
«mundo de vida» o lo que se Lefebvre denominaba «vida cotidiana». La
penetración sistemática de casi todos los aspectos de nuestra vida cotidiana
por el capital y sus productos en una forma u otra ha provocado evidentemente
resistencias, pero para la mayor parte de la población mundial ha sido una
batalla perdida, aunque no se recibiera con gran entusiasmo" (190).
" (...) la estrategia del
capital para infectar con el consumismo la reproducción social viene siendo
persistente desde hace mucho tiempo, y está generosamente financiada por un
sector de la publicidad y la promoción que no se detiene ante nada para
conseguir vender sus productos" (194).
7. Contradicción
14. Libertad y sometimiento
"El anhelo popular de
libertad ha sido una poderosa fuerza motivadora durante toda la historia del
capital, y ese anhelo no desaparecerá por mucho que se banalice y se degrade en
la retórica de las clases dominantes y sus representantes políticos. Pero esa
moneda tiene un reverso oscuro. En algún punto de su trayectoria (en particular
cuando más se acercan a conseguir sus objetivos) todos los movimientos progresistas
tienen que decidir quién o qué tiene que ser sometido para asegurar la libertad
que pretenden" (200).
"(...) libertad y
sometimiento van de la mano. No existe ninguna libertad que no tenga que ver en
algún sentido con las oscuras artes del sometimiento. El dominio de los propios
temores frente a eventualidades abrumadoras, sobre los cínicos y escépticos,
por no hablar de los enemigos externos, puede ser necesario para abrir la vía a
mayores libertades. La unidad entre libertad y dominio es, como siempre, una
unidad contradictoria. Puede hacerse
necesaria la utilización de medios injustos para defender una causa justa"
(201).
"¿No es obvio que la
violencia y la dominación del Estado tienen que sostener necesariamente las
libertades del mercado?" (202).
"La dificultad para lograr la
extensión del reino de la libertad reside en los intereses de clase y los
privilegios atrincherados que se adhieren a la gran concentración de riqueza.
Las clases acomodadas, seguras en sus propias libertades, se resisten a cualquier
restricción de sus acciones" (203).
"Después de todo, la
extracción de excedentes creados por el trabajo presupone el sometimiento y la
relativa falta de libertad de los trabajadores bajo el dominio del
capital" (204).
"El capital también
necesitaba libertad (como la doble del trabajador según Marx) para recorrer el
mundo en busca de posibilidades rentables, lo que requería, como vimos
anteriormente, la erradicación o reducción de barreras físicas, sociales y
políticas a su movilidad" (204).
"Pero si, como decía Marx,
el auténtico reino de la libertad comienza cuando se deja atrás el reino de la
necesidad, entonces un sistema económico político basado en el cultivo activo
de la escasez, el empobrecimiento, el excedente de mano de obra y las necesidades
no satisfechas no puede permitirnos la entrada en dicho reino, donde el
florecimiento humano individual se convierte en una posibilidad real para
todos" (205).
"Gestores de inversión,
dirigentes empresariales y jefes de Estado «buscaban respuestas con su mano
derecha a problemas que otros, presentes en la misma sala, habían creado con su
mano izquierda». Aunque la filantropía se haya convertido en un negocio enorme
(con 9,4 millones de personas empleadas y un gasto anual de 316 millardos de
dólares, tan solo en Estados Unidos), las desigualdades globales siguen
creciendo fuera de control" (207).
"La filantropía se convierte
en una forma de «lavado de conciencia» que simplemente «permite a los ricos
dormir mejor por la noche, mientras que otros obtienen apenas lo suficiente
para sobrevivir a duras penas" (208).
"«Para Marx –dice Eagleton–,
el socialismo se inicia en el momento en que comenzamos a determinar
colectivamente nuestro propio destino. Es la democracia tomada en serio más que
la democracia como charada política (como lo es ahora para muchos). Y el hecho
de que la gente sea más libre quiere decir que será más difícil predecir que
estarán haciendo a las cinco de la tarde del miércoles (211)"
TERCERA PARTE. Las contradicciones peligrosas
"Por mi parte creo, de
acuerdo con Marx, que el futuro ya está en gran medida presente en el mundo que
nos rodea y que la innovación política, como la innovación tecnológica, es una
cuestión de reunir de una forma diferente posibilidades políticas ya existentes
pero aisladas y separadas hasta ese momento" (216).
"Supuestamente Marx dijo que
el capital se derrumbaría a la postre bajo el peso de sus propias
contradicciones internas, pero de hecho yo no he sido capaz de encontrar en qué
lugar Marx afirmó tal cosa y de mi propia lectura de su obra creo que es
extremadamente improbable que alguna vez dijera algo semejante" (217).
"(...) probablemente el
capital pueda funcionar indefinidamente, pero de una forma tal que provocará la
degradación progresiva del planeta y un empobrecimiento de masas, que acarreará
un espectacular aumento de las desigualdades sociales y de la deshumanización
de la mayoría de la humanidad, la cual se verá sometida a una negación cada vez
más represiva y autocrática del potencial para el florecimiento humano
individual mediante la intensificación de una vigilancia policial totalitaria
por parte del Estado, un sistema de control militarizado y una democracia
totalitaria, aspectos todos ellos que en gran medida ya experimentamos en el
momento presente" (217).
"El Marx por el que yo opto,
en resumen, es un humanista revolucionario y no un determinista
teleológico" (217).
"Por esta razón rechazo la
idea de las contradicciones «fatales» y prefiero referirme a ellas como
contradicciones «peligrosas», porque denominarlas de la manera trasmitiría un
falsa sensación de inevitabilidad y de decadencia cancerosa, si es que no de
apocalípticos desenlaces mecanicistas" (217-218).
1. Contradicción
15. El crecimiento exponencial y acumulativo sin fin
"El capital siempre gira en
torno al crecimiento y en su caso este es necesariamente exponencial y
acumulativo" (219).
"(...) la curva del interés
compuesto sube muy lentamente al principio (véanse los gráficos 1 y 2), pero
después se acelera hasta convertirse en lo que los matemáticos llaman una
singularidad: se dispara hacia el infinito" (221).
"Marx, escribió: «El dinero
que produce un interés compuesto aumenta al principio lentamente, pero el ritmo
de crecimiento se acelera continuamente y con el paso del tiempo es tan rápido
que se burla de todos los poderes de la imaginación (...)" (223).
"Si la población crece
exponencialmente (como suponía Malthus), entonces la economía tiene que crecer
con un ritmo similar para que se mantengan los niveles de vida. ¿Pero cuál es
en realidad la relación entre la evolución demográfica y las dinámicas de
acumulación de capital?" (226).
"la acumulación de capital a
largo plazo se apoyará cada vez menos en el crecimiento demográfico para
sostener o impulsar su crecimiento exponencial; y que las dinámicas de
producción, consumo y realización de capital tendrán que ajustarse a esas
nuevas condiciones demográficas" (227-228).
"¿Sería entonces posible que
la acumulación de capital abandonara el tipo de crecimiento exponencial que ha
mostrado durante los dos últimos siglos (...)? La respuesta a esta perspectiva
es un rotundo no, y es de vital importancia entender el porqué. La razón más
simple es que el capital consiste en la búsqueda de beneficios. Para la
totalidad de los capitalistas obtener un beneficio requiere la existencia de
más valor al final del día del que había al principio, lo que significa una
expansión de la producción total del trabajo social. Sin esa expansión no puede
haber capital. Una economía capitalista con crecimiento cero es una
contradicción lógica y excluyente. Simplemente no puede existir. Por eso el
crecimiento nulo define un estado de crisis para el capital" (228).
"Hay una forma asumida por
el capital que permite la acumulación sin límite y es la forma dinero, que en
la actualidad se halla liberada de cualquier limitación física como las
impuestas por las mercancías-dinero (...) El dinero fiduciario emitido por el
Estado puede ser creado ilimitadamente. La expansión de la oferta de dinero se
realiza ahora mediante una combinación de actividad privada y de acción estatal
por medio del nexo Estado-finanzas constituido por los Ministerios de Finanzas
y los Bancos Centrales. Cuando la Reserva Federal estadounidense asume la
flexibilización cuantitativa [quantitative easing], simplemente crea en un
santiamén tanta liquidez y dinero como desea. Añadir unos cuantos ceros a la
cantidad de dinero en circulación no es ningún problema. El peligro,
evidentemente, es el de generar una crisis inflacionista, la cual no se produce
porque la Reserva Federal se dedica a rellenar continuamente el agujero
producido en el sistema bancario desde que en 2008 se desmoronó la confianza
entre los bancos privados y se congeló el préstamo interbancario, cuya función
era la masiva creación de dinero mediante el endeudamiento cruzado entre las
entidades bancarias. La segunda razón por la que no se dispara la inflación es
que en la actualidad el movimiento obrero carece prácticamente de ningún poder
(habida cuenta del excedente de mano de obra disponible) para elevar los
salarios e influir sobre el nivel de precios" (229).
"Pero, obviamente, la
perpetua acumulación de capital a un ritmo exponencial mediante la creación
exponencial de dinero no puede sino acabar en un desastre a no ser que vaya
acompañada de otras adaptaciones" (230).
"El capital no consiste
únicamente en la producción y circulación de valor, sino también en su
destrucción o devaluación" (230).
"El problema del desarrollo
desigual de la devaluación y de las luchas geopolíticas sobre quién va a
soportar su coste tiene gran importancia, en parte porque suele estar
relacionado con la propagación del descontento social y de la inestabilidad
política" (230).
"la privatización de los
activos públicos, la creación de nuevos mercados y los nuevos cercamientos de
los bienes comunes (desde la tierra y el agua a los derechos de propiedad
intelectual) han ampliado el terreno sobre el que puede operar libremente el
capital (...) Es difícil apreciar lo cerca que podamos estar ya de ese límite,
pero casi cuatro décadas de estrategias neoliberales de privatización se han
anexionado ya mucho y en gran parte del mundo no queda apenas nada que cercar o
privatizar" (231).
"El capital ha reducido
sistemáticamente el tiempo de duración de los bienes de consumo mediante la
producción de mercancías perecederas, la presión en pro de la obsolescencia programada y a veces
instantánea, la creación inmediata de nuevas líneas de productos (como sucede
últimamente, por ejemplo, en la electrónica) y la aceleración del ciclo de vida
útil gracias al concurso de la moda y de los poderes de la publicidad para
destacar los valores de la novedad y la falta de elegancia de lo viejo"
(232). *Despilfarro.
"Así, pues, aunque sea
verdad que el consumo de espectáculos, imágenes, información y conocimiento es
cualitativamente diferente del consumo de mercancías materiales como casas,
coches, pan y ropa de moda, nos equivocaríamos si no reconociéramos que la
rápida expansión de la actividad en esas esferas tiene su origen en el fútil (y
en breve explicaré por qué utilizo esta palabra) deseo de escapar de las
limitaciones materiales del crecimiento exponencial. Todas estas formas
alternativas permanecen cautivas de la lucha del capital por acomodarse a su
irrenunciable crecimiento exponencial" (234).
"cada vez se está
invirtiendo más capital en la búsqueda de rentas, intereses y royalties y menos
en la actividad productiva. Esta tendencia hacia una forma rentista del capital
se robustece por el inmenso poder extractivo que cobran cada vez más las rentas
derivadas de los derechos de propiedad intelectual sobre el material genético,
las semillas, las prácticas bajo licencia, etc." (237).
"En ese escenario, el
capital no acabará con una sola explosión o con un gemido, sino con la traca
del estallido de innumerables burbujas de activos que irán explotando a lo
largo del desigual paisaje geográfico de una anémica acumulación de
capital" (238).
2. Contradicción
16. La relación del capital con la naturaleza
"El capital es un sistema
ecológico en constante funcionamiento y evolución dentro del cual tanto la
naturaleza como el capital se producen y reproducen continuamente" (242).
La «naturaleza» que supuestamente
estamos explotando y agotando y que supuestamente también nos limita o «se
venga» de nosotros está en realidad internalizada en la circulación y
acumulación de capital (242).
El capital ha convertido los
asuntos medioambientales en una gran área de actividad empresarial (243).
"El capital trata de
capturar para su propio beneficio la dialéctica de cómo solo podemos cambiarnos
a nosotros mismos al cambiar el mundo (y viceversa). Todos los proyectos
ecológicos y medioambientales son proyectos socioeconómicos (y viceversa)"
(243).
"es perfectamente posible
que el capital continúe circulando y acumulándose en medio de catástrofes
medioambientales. Los desastres medioambientales generan abundantes
oportunidades para que un «capitalismo del desastre» obtenga excelentes
beneficios" (244).
"La propiedad privada
implica el cercamiento de los bienes comunes naturales. Aunque resulta difícil
aislar algunos elementos de la naturaleza (como el aire que respiramos y los
océanos en los que pescamos), es posible concebir diversas alternativas
(generalmente con la ayuda del Estado) para monetarizar y mercantilizar todos
los aspectos ligados a los bienes comunes del mundo natural" (245).
"El movimiento ecologista
podría, aliándose con otros, plantear una seria amenaza a la reproducción del
capital, pero hasta el momento la política ecologista no ha avanzado mucho en
esta dirección por diversos motivos. Con frecuencia prefieren ignorar por
completo la ecología que está construyendo el capital e interesarse por
cuestiones que son separables de su dinámica fundamental" (247).
"Si el capital no consigue
gestionar con éxito estas contradicciones no será debido a las barreras de la
naturaleza, sino a sus propios defectos de orden económico, político,
institucional e ideológico" (250).
3. Contradicción
17. La rebelión de la naturaleza humana: la alienación universal
"No se puede excluir por
completo la posibilidad de que el capital pudiera sobrevivir a todas las
contradicciones examinadas hasta ahora pagando un cierto precio (...) Hay
muchos relatos distópicos que describen una gran variedad de mundos semejantes,
y sería una equivocación descartarlos como imposibles prototipos de futuro de
una humanidad subhumana. Realmente, hay algo terriblemente cercano en algunos
de estos relatos. Claramente, semejantes ordenamientos sociales solo podrían
existir sobre la base de un control mental fascista y de la continua y
sistemática vigilancia y violencia policiales, todo ello acompañado por
periódicas represiones militarizadas. Quienquiera que no vea elementos de
semejantes mundos distópicos actuando ya en el mundo que nos rodea se está
engañando a sí mismo clamorosamente" (257).
"Por ello, no se trata de
que el capital no pueda sobrevivir a sus contradicciones, sino de que el coste
de hacerlo resulte inaceptable para la mayoría de la población (...) la
esperanza es que surjan movimientos sociales y políticos que griten «¡Ya
basta!» o «Hasta aquí hemos llegado» y cambien la manera en que vivimos y
amamos, sobrevivimos y nos reproducimos" (257-258).
"La acumulación de capital
nunca cesará. Habrá que detenerla. La clase capitalista nunca entregará
voluntariamente su poder. Habrá que desposeerla" (258).
"El problema político
catalizador que se deriva de todo esto es identificar, afrontar y superar las
muchas formas de alienación producidas por la maquinaria económica del capital
y canalizar la energía, la ira y la frustración acumuladas que producen hacia
una oposición anticapitalista coherente" (261).
"El precio que tenemos que
pagar por la tecnificación solamente es aceptable –continúa Gorz– si ahorra
trabajo y tiempo" (264).
"el capital no solo tiene
que encontrar maneras de absorber cada vez más bienes y servicios mediante la
realización, sino también ocupar de alguna manera el tiempo libre que liberan
las nuevas tecnologías. En esto, su éxito no ha sido nada despreciable. Mucha
gente se encuentra a sí misma con cada vez menos tiempo para la libre actividad
creativa en medio de una generalización de tecnologías que ahorran tiempo tanto
en la producción como en el consumo" (269).
"Las tecnologías
comunicativas son una arma de doble filo. Por un lado, pueden ser manejadas por
una educada y alienada juventud con propósitos políticos e incluso
revolucionarios, mientras que, por otro, pueden absorber tiempo en chácharas,
cotilleos y el entretenimiento de bromas interpersonales, mientras continuamente
producen valor para otros, como los accionistas de Facebook y Google"
(270).
Conclusión. Perspectivas de un futuro feliz pero disputado. La promesa
del humanismo revolucionario
"La creencia de que por
medio del pensamiento y la acción consciente podemos cambiar para mejor tanto
el mundo en que vivimos como a nosotros mismos, se identifica con la tradición
humanista" (273).
"El humanismo ha caído a
veces en una visión antropocéntrica y prometeica de las capacidades y las
fuerzas humanas en relación con todo lo que existe, incluyendo la naturaleza,
incluso hasta el punto en el que algunos ilusos creen que nosotros, siendo lo
más cercano a Dios, somos Übermenschen con derecho a dominar el universo. Esta
forma de humanismo se vuelve incluso más perniciosa cuando a determinados
grupos de una sociedad no se les considera humanos" (274).
"Es muy diferente del
humanismo liberal burgués. Rechaza la idea de que haya una «esencia» inamovible
o predeterminada de lo que significa ser humano y nos obliga a pensar en
profundidad sobre cómo convertirnos en un nuevo tipo de ser humano. Unifica el
Marx de El capital con el de los Manuscritos económicos y filosóficos de 1844 y
dispara al corazón de las contradicciones que cualquier programa humanista debe
estar dispuesto a aceptar si quiere cambiar el mundo" (277).
-Epílogo. Ideas para la acción política
"Ninguna de estas
directrices, huelga decirlo, trasciende o sustituye la importancia de librar la
guerra contra el resto de formas de discriminación, opresión y represión
violenta presentes sistémicamente en el capitalismo. Por la misma razón,
ninguna de estas otras luchas debería trascender o sustituir a la guerra contra
el capital y sus contradicciones. Evidentemente, se necesitan alianzas de
intereses" (288).
[1]
Karl Marx, Theories of Surplus Value, Parte 2, Londres, Lawrence and Wishart,
1969, p. 540.
[ed. cast.: Teorías sobre la plusvalía, Barcelona,
Crítica, 1977].
[2]
Karl Polanyi, The Great Transformation. The Political and Economic Origins of
Our Time, Boston, Beacon Press, 1957, p. 72 [ed. cast.: La gran transformación,
Madrid, La Piqueta, 1989, pp. 127-128].
[3]
Ibíd., p. 73 (p. 129).
[4]
Karl Marx, Capital, vol. 1, Harmondsworth, Penguin, 1973, p. 344 [ed. alemana.:
Das Kapital, Band I, Berlín, Dietz Verlag, 39.ª ed., 2008, p. 249; ed. cast.:
El capital, Madrid, Akal, 2012, p. 314].
[5]
Karl Marx, Capital, vol. 2, Harmondsworth, Pelican Books, 1978, p. 391. El
texto paralelo del Volumen 1 se encuentra en la p. 799 de la edición de Penguin
[ed. alemana: Das Kapital, Band II (Karl Marx / Friedrich Engels - Werke, Band
24, Kap. 16, Art. 3), Berlín, Dietz Verlag, 12.ª ed., 2010, p. 318, nota; ed.
cast.: El capital, II-I, cit., pp. 414-415].
[6] Joseph Schumpeter, Capitalism, Socialism and Democracy, Londres, Routledge, 1942, pp. 82-83 [ed. cast.: Capitalismo, socialismo y democracia, Barcelona, Folio, 1984].
[7] Cindi Katz, «Vagabond Capitalism and the Necessity of Social Reproduction», Antipode, Vol. 33, No. 4, 2001, pp. 709–728.
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